El rey sin corona
Probablemente no era monárquico, pero nunca una persona alejada de esa forma de gobierno, ha disfrutado de tanto poder político. Rigió, dirigió, gobernó el PNV desde la Presidencia del EBB como si fuera un monarca indiscutido. Durante muchos años fue el “santo y seña” del PNV, el “guardián de las esencias”, no obstante no dudo ni un solo instante, en acabar con las incompatibilidades o con las limitaciones temporales de los mandatos (señas de identidad casi sacro-santas en la organización del PNV), en su propio beneficio, primero y siempre el poder. Le recuerdo cuando aún era un candidato a Diputado en Madrid, otro bermeano y yo, nos desplazamos a Azkoitia, donde daba una charla, creo que en alguna sede social íbamos con la misión de traerle a Bermeo para que mitineara. Mi compañero de viaje, se me pierde su nombre y su rostro en la “niebla de mi memoria”, le convenció y acudió al mitin donde se explayo y nos deleitó con ese verbo fácil que poseía. Sus frases muchas de...